
La visita pastoral del #PapaFrancisco a nuestra #Argentina, su tierra, parece cada vez más cercana.
Aclaro que, al respecto, no manejo información especial. Soy un simple obispo del interior del interior que busca comunicar la Alegría del Evangelio.
Pero quiero contarles porqué la perspectiva de la visita de Francisco me llena de alegría y me entusiasma.
La esperamos desde hace diez años. Rezo para que se dé el año próximo.
Obviamente, voy a hablar desde la fe que profeso y desde mi condición de pastor.
Señalo dos cosas:
1. La visita será un reencuentro: del hombre, del creyente y del pastor Jorge Bergoglio con la tierra que lo vio nacer y con la Iglesia madre que lo engendró en la fe, que acogió su vocación y en la que aprendió a ser pastor. Y un reencuentro de nosotros, sus hermanos, con él.
2. Pero será la visita del obispo de Roma, el Papa, al que Cristo le confió confirmar en la fe a sus hermanos y velar por la comunión de la Iglesia en la verdad, la misión y la caridad de Cristo. Y esto es lo más valioso y determinante. Y, según mi criterio, lo que más necesitamos. Su visita será un fuerte impulso para nuestras Iglesias diocesanas y la evangelización.
Ni ahora ni cuando se dé podemos reducir la visita de Francisco a un acontecimiento político. Por supuesto, que su presencia, sus gestos y sus palabras de pastor tendrán repercusión social y política. Es así con el Evangelio que proyecta su luz sobre toda la vida humana. Nada incide más en la vida que la fe cristiana en el Dios encarnado, amigo de los pobres.
¡Qué venga el pastor a celebrar con nosotros a Jesucristo y la alegría del Evangelio!