Domingo 30 de noviembre de 2025, primero de Adviento: Mateo 24, 37-45

Este domingo comienza el Adviento. En la liturgia resonará el salmo 121: “Vamos con alegría a la casa del Señor.”
Adviento es la peregrinación jubilosa de un pueblo que sale al encuentro de Dios que está viniendo. Porque creemos en un Dios peregrino que, “por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación, bajó del cielo; y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre” (Credo niceno constantinopolitano).
Adviento es la ansiedad de saber que, en cualquier momento, este Dios peregrino nos saldrá al paso. Como un amigo que quiere sorprendernos con su visita. Si afinamos la mirada lo veremos aparecer. Entonces, la fatiga del camino dará paso a la alegría del encuentro. Esa es la meta del Adviento: preparar los ojos de la fe para verlo llegar.
La rutina y las preocupaciones de cada día pueden adormecer nuestra agilidad espiritual para reconocer su Venida. Jesús nos lo recuerda: “Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora menos pensada.” (Mt 24,44)
Que este Adviento nos encuentre despiertos y disponibles para la sorpresa de Dios.
Buen domingo.
Bendecido Adviento.
