Los que perdonan…

Domingo XXVII del tiempo ordinario, 5 de octubre (Lucas 17, 3-10)

Cuando Jesús habla de misericordia, conmueve. Cuando habla del perdón, inquieta. Lo constatamos este domingo: “Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo. Y si peca siete veces al día contra ti, y otras tantas vuelve a ti, diciendo: «Me arrepiento», perdónalo».” (Lc 17, 3-4).

Discordia, injusticia y violencia serán siempre compañeras de camino del ser humano. Jesús ha traído la fuerza del perdón de Dios para desarmar su poder destructor.

Por eso, nos enseña a suplicar: “Padre, perdónanos como nosotros perdonamos”.

Comprendemos que los discípulos, al oír esta desmesura de Jesús, le pidan que les aumente la fe. Lo pedimos también nosotros: creer en serio en que Dios sana toda herida del corazón humano y nos capacita para perdonar al que nos ofende.

Hace ochocientos años, y al final de su vida, san Francisco de Asís compuso el Cántico de las criaturas. Poco tiempo después, ante un conflicto entre el obispo y el podestá de Asís, agregó esta estrofa:

“Loado seas, mi Señor, por aquellos que perdonan por tu amor, y soportan enfermedad y tribulación. Bienaventurados aquellos que las soporten en paz, porque por ti, Altísimo, coronados serán.”

Ni la palabra de Jesús, ni las de su mejor discípulo, Francisco, pierden actualidad. Siempre necesitaremos transitar los caminos del perdón.

Buen domingo.

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