Domingo XXVI del tiempo ordinario (28 de septiembre de 2025): Lucas 16, 19-31
Este domingo escuchamos la parábola del rico y el pobre Lázaro, una radiografía de la indiferencia humana ante el sufrimiento del prójimo. El problema no radica en poseer riquezas, sino en un estilo de vida que nos ciega ante las necesidades humanas.
El mensaje de Jesús es inequívoco: Dios no es indiferente, ciego ni sordo; Él está siempre del lado del pobre. A nosotros nos corresponde decidir de qué lado queremos estar.
Ante la insistencia del rico de advertir a sus hermanos, Jesús añade: “Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, aunque resucite alguno de entre los muertos, tampoco se convencerán” (Lc 16,31).
Jesús lleva la cuestión a su núcleo religioso: la ceguera frente al pobre nace de la sordera ante Dios, que manda socorrerlo. Para vencer la indiferencia y alcanzar la salvación, es vital la escucha humilde del Padre, una Palabra capaz de quebrar la dureza de nuestro corazón.
Buen domingo.
