Domingo XXIIº del tiempo ordinario: Lucas 14, 1. 7-14 (31 de agosto de 2025)
“¡Feliz de ti, porque ellos no tienen cómo retribuirte, y así tendrás tu recompensa en la resurrección de los justos!” (Lc 14, 14).
El deseo de aprobación y reconocimiento es fuerte; tan legítimo como riesgoso, como ocurre con las cosas importantes de la vida.
Es también el deseo de Dios para nosotros. Miremos la bienaventuranza de este domingo: Jesús nos invita a la generosidad con quien no puede retribuirnos, pero nos alienta a esperar la verdadera recompensa, la que nos hará bienaventurados, realmente felices y plenos como personas.
Es una enseñanza oportuna en el tiempo de la búsqueda ansiosa de los “Me gusta” de las redes.
Dios, el Padre, sabe recompensar realmente a sus hijos. La “resurrección de los justos” es su promesa. Es la plenitud de vida, y comienza ya ahora cuando vivimos con autenticidad el amor, la solidaridad, la fraternidad. Es una semilla que, sembrada por Cristo, madurará en la vida eterna.
Jesús nos enseña a esperar esa recompensa de Dios. Es misión de su Iglesia ayudarnos a imaginarla y a vivirla.
Buen domingo.
