«La Voz de San Justo», domingo 1º de junio de 2025 – Ascensión del Señor

“Después Jesús los llevó hasta las proximidades de Betania y, elevando sus manos, los bendijo. Mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo.” (Lc 24, 50-51).
“Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria …ilumine sus corazones, para que ustedes puedan valorar la esperanza a la que han sido llamados…” (Ef 1, 17-19).
El texto citado del evangelio destaca un momento clave: Jesús asciende al cielo bendiciendo a sus discípulos. Como hacemos los sacerdotes. O también un papá o una mamá con sus hijos.
Las primeras iglesias cristianas representan así a Cristo sacerdote que bendice a su pueblo. Es la imagen del panel derecho de la catedral de San Francisco.

En esta fiesta de la Ascensión rezamos para que los que somos su cuerpo lleguemos donde ha llegado ya nuestra Cabeza: al cielo. Esa es la esperanza a la que estamos llamados, que tenemos que aprender a valorar y, sobre todo, anunciar a los demás.
¿No necesitamos animarnos a una nueva imaginación para representar el cielo? Los profetas y el mismo Jesús lo hicieron con audacia. Hablaron de un banquete de bodas donde abundan la alegría, la buena mesa y el vino.
Necesitamos esa osadía para anunciar la promesa más decisiva que se le puede hacer a un ser humano: tu vida tiene una meta que desborda todo lo que se puede pensar o imaginar, vale la pena vivirla a fondo. Nada de lo bueno y verdadero que has vivido se va a perder, sino que alcanzará su plenitud.
Se nos ha confiado una esperanza que debemos compartir.
Buen domingo.