Santa Mama Antula, madre de la Patria

«La Voz de San Justo», domingo 11 de febrero de 2024

“Dios nuestro, que te complaces en habitar en los corazones rectos y sencillos, concédenos la gracia de vivir de tal manera que encuentres en nosotros una morada digna de tu agrado.” (Oración del 6º domingo).

Siguiendo la enseñanza bíblica, la liturgia católica recoge en esta oración una honda verdad de fe: Dios habita en los bautizados como en un templo. Es la gracia del bautismo que nos hace amigos de Dios. Como en toda amistad, Dios y el hombre se conocen y se aman y, de esa manera, viven el uno en el otro.

Cuando se publique esta columna, el papa Francisco habrá ya inscrito en el catálogo de los santos a una hija de nuestra tierra: la beata Antonia de Paz y Figueroa, “mama Antula”. Al canonizarla, la propone como modelo a imitar.

Santa Casa de Ejercicios Espirituales (Bs. As.)

Mama Antula fue uno de esos corazones rectos y sencillos que le ofreció a Jesucristo una morada digna. La suya es una santidad apostólica: se unió a Jesucristo predicando el Evangelio, caminando miles de kilómetros de lo que hoy es nuestra Argentina para que sus hermanos, a través de los Ejercicios Espirituales de san Ignacio, conocieran, amaran y sirvieran al Señor, como ella misma aprendió a hacerlo.

Nacida en Villa Silípica (Santiago del Estero) en 1730, murió en Buenos Aires en 1799, donde había fundado la Santa Casa de Ejercicios que aún sigue en pie y activa. Por ella pasaron miles de personas, también los hombres y mujeres que fundaron la Patria.

Cuando la semilla del Evangelio se siembra en los corazones produce buenos frutos: la fe, la esperanza y el amor, indispensables para toda obra buena, también para edificar el bien común y la justicia.

Ella nos inspira para seguir cumpliendo esa misión en los tiempos que vivimos.

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