«La Voz de San Justo», domingo 18 de junio de 2023

«Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias. Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: «La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha.» (Mt 9, 35-38).
La desproporción entre la misión encomendada y los recursos para llevarla a cabo siempre será la misma: inmensa, imposible de superar. Desconcierta lo que Jesús propone: orar, pedir, suplicar… Y llamar.
En razón de brevedad, la cita del evangelio de este domingo ha obviado los versículos que siguen. Pero son importantes. «Jesús convocó a sus doce discípulos y les dio el poder de expulsar a los espíritus impuros y de curar cualquier enfermedad o dolencia.» (Mt 10, 1). Y siguen los nombres de los Doce Apóstoles, empezando por Simón Pedro y concluyendo con Judas, el traidor.
Orar, porque la misión es de Dios, antes que nuestra. Y Él está a cargo. Y llamar… por la misma razón. La oración y la invitación a sumarse a la misión se alimentan de la misma actitud de fondo: la confianza en Dios y la certeza de su amor por nosotros, por su creación. Es, en definitiva, la actitud de Jesús.
«Señor Jesús: el campo sigue siendo inmenso y la cosecha, una tarea que nos supera y nos desborda. Como aquellos doce a los que llamaste para compartir con ellos tu misión, también nosotros nos disponemos a seguirte, involucrándonos personalmente. Con Vos oramos al Padre, renovando nuestra confianza en Él. También con Vos invitamos a otros a sumarse. Amén»