
Señor, Señor…
No mirés nuestros pecados.
Nos avergüenza la Patria que estamos dejando a nuestros chicos y chicas.
Escuchá nuestra súplica.
Llega a tu Presencia desde nuestros corazones atravesados por el dolor.
¡Qué nuestros jóvenes no mueran más!
¡Qué desterremos el odio, la violencia, el desprecio por la vida!
¡Volvé a mirar el rostro de Fernando y abrazalo fuerte!
Es hijo, hermano y amigo de todos.
¡Dale consuelo y fortaleza a sus papás!
Amén.