«La Voz de San Justo», domingo 4 de diciembre de 2022

“Decía Juan: «Yo los bautizo con agua para que se conviertan; pero aquel que viene detrás de mí es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de quitarle las sandalias. El los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego. Tiene en su mano la horquilla y limpiará su era: recogerá su trigo en el granero y quemará la paja en un fuego inextinguible.»” (Mt 3, 11-12).
Juan Bautista anuncia la llegada del Mesías. Prepara su camino. Por eso, lo llamamos: “el Precursor”. Sin embargo, no todas las expectativas que Juan tiene sobre Jesús se van a cumplir como él las ha concebido.
Como Jesús, Juan predica el Reino y la conversión. Espera de Jesús un juicio contundente: “Tiene en su mano la horquilla y limpiará su era: recogerá su trigo en el granero y quemará la paja en un fuego inextinguible.” Tremendo. Solo que Jesús no obra así. Por eso, desde la cárcel, le preguntará si no hay que esperar a otro Mesías. Jesús le responderá enumerando las obras de misericordia que realiza e invitándolo a no escandalizarse de su mansedumbre.
El profeta que invitaba a la conversión, al final de su vida, tendrá que convertirse él mismo al Evangelio de Jesús. El Mesías no es como él pensaba, sino como Dios quiere. Es este Juan el que nos ayuda a vivir intensamente el Adviento.
“Hermano Juan: también sentimos la urgencia de producir frutos de una sincera conversión. Como vos, en ocasiones, el estilo de Jesús nos parece demasiado débil. Sin embargo, solo Jesús bautiza con Espíritu Santo y con fuego. Solo Él transforma realmente la vida, y desde dentro, desde el corazón. En este Adviento, ayudanos a convertirnos de verdad al estilo de Jesús, al estilo de Dios. Amén.”