«La Voz de San Justo», domingo 4 de julio de 2021

“Y Jesús era para ellos un motivo de escándalo … Y Él se asombraba de su falta de fe.” (Mc 6, 3.6).
Es que Jesús siempre será “motivo de escándalo”. Su persona no deja indiferente. Su mensaje es “buena noticia” que salva. Pero, para llegar a serlo, antes ha de ser espada que hiere el alma y la parte por en medio. Lo hizo con María; también con José, con Pablo y con quien se anima a seguirlo.
Por eso, este domingo, no dejés de concentrar tu mirada en Jesús. Y, con esa actitud interior, atrevete a mirar los espacios de tu corazón que se resisten a entregarse a Él, tus miedos y desconfianzas, tus oscuridades y vacilaciones. Nada de eso es enemigo de la fe, sino incluso, el territorio donde crece con más fuerza.
Tampoco dejés de asombrarte de la fragilidad e inconsistencia de tu propia fe. La inmensa mayoría de los creyentes, si no todos, tenemos una zona de nuestro corazón que resiste a Dios. Vos y yo tenemos necesidad de que Él nos enseñe y guíe, nos cure y nos sostenga. Solo cuando hemos hecho esa experiencia, a la vez de fragilidad y de confianza, comenzamos a caminar como verdaderos discípulos.
Siempre es bueno orar. Es entrar en comunión con el Jesús de todas nuestras preguntas. Te invito, por tanto, a orar así: “Señor Jesús, los ojos de nuestra fe te buscan incesantemente. ¡Danos a conocer tu Rostro de Resucitado! ¡Revelanos la belleza del Dios amor, cuyo Evangelio proclamás con tu persona y tu pascua! Cuando nos amenace la duda o sintamos que tu mensaje nos escandaliza, que la belleza de tu Rostro vuelva a convencernos de tu verdad. Amén.”
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