Argentina vota

San Francisco, 24 de octubre de 2019

A los católicos de la diócesis de San Francisco. 

Queridos hermanos:

Este domingo son las elecciones generales. Argentina vota y elige a sus gobernantes. 

Después de un intenso calendario electoral, estamos entrando en la veda que precede el acto ciudadano de votar.

Como escribí tiempo atrás: «La emisión del voto es un acto personal de alto contenido ético. Es una decisión de conciencia, tan responsable como comprometida y realista. El voto tiene que ser cuidadosamente pensado. Reclama la virtud de la prudencia y su modo típico de guiar la toma de decisión: ver, juzgar y obrar.»

La veda electoral supone el acallarse de la propaganda de los partidos políticos. Se trata de un silencio necesario para preparar nuestro voto. Muchos ya lo tienen decidido. Otros cavilan hasta instantes antes de entrar al cuarto oscuro.

¿Me permiten compartir con ustedes dos ideas que, al menos a mi, me ayudan y me animan en este momento?

La primera idea es esta: no estoy dispuesto a elegir ningún «mal menor», sino un «bien posible», aquí y ahora. Solo el bien despierta y alimenta el amor. Y, de lo que se trata en una elección, es de amor a la Patria. Amo a Argentina, como amo la tierra que me vio nacer y, ahora, la tierra generosa en la que vivo mi fe y mi misión pastoral. No está de más aclarar que, amar la Patria es querer personas.

Y, como de amor se trata, la segunda idea que me alienta es esta: pierdan o ganen las propuestas que guarde en el sobre que depositaré este domingo en la urna, las personas de mi Patria estarán caminando la vida conmigo, coincidan o no con mis elecciones. Por eso, al votar elijo este bien, arduo pero posible y, sobre todo hoy, urgente: convivir con espíritu fraterno, en paz y respeto por el otro; en diálogo que busca consensos, una y otra vez.

El silencio de la veda electoral lo aprovechamos para acompañar el discernimiento final del voto con un clima de INTENSA ORACIÓN. 

Creemos en Dios que es amor y que trabaja los corazones, inspira sentimientos de bondad y atrae hacia la verdad. Un Dios humilde que ama con tacto exquisito la libertad del ser humano. 

Nuestra oración se dirige a Él con confianza de hijos. Lo adoramos y le damos gracias, confiándole nuestras inquietudes, ilusiones y temores. Sabemos que siempre nos responde para bien.

Por eso, ahora les hablo más como su obispo:

Les pido y les ruego que intensifiquemos nuestra oración por Argentina, por nuestros gobernantes y candidatos. Por todos. Nadie quede excluido de nuestra súplica ferviente al Dios de la paz.

Que se rece la Oración por la Patria en todas las Misas de este fin de semana. Volvamos a decir: «Jesucristo, Señor de la historia: ¡te necesitamos!…» Pidámosle con con confianza lo que estamos dispuestos a ofrecer a todos con nuestro compromiso.

Que Dios los bendiga, 

+Sergio O. Buenanueva, su obispo