Este miércoles iniciamos la Cuaresma.
Y lo hacemos con el signo de las cenizas sobre nuestras cabezas. Lo normal: una pequeña cruz dibujada sobre la frente.
Dos frases pueden acompañar el rito de la imposición de las cenizas: “Recuerda que eres polvo, y al polvo volverás”; y: “Conviértete y cree en el Evangelio”.
Sí: somos polvo. La fragilidad es nuestra condición, como la de todo lo humano.
Pero es una fragilidad abrazada por Dios en la cruz de Jesucristo.
Ese abrazo de amor es el Evangelio al que hay convertirse y en el que hay que creer, hasta entregarle confiadamente toda nuestra vida.
¡Estamos caminando hacia la vida!
¡Caminamos desde la fragilidad hacia el abrazo de amor del Padre!
¡Démonos la mano para caminar como pueblo!
¡Estemos dispuestos también nosotros a abrazar la fragilidad de nuestros hermanos cansados, desilusionados, tristes!
¡Caminamos hacia la Pascua!
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