Beato Carlos de Foucauld, un maestro

foucauldEl próximo 1° de diciembre se cumplen 100 años de la muerte del Beato Carlos de Foucauld.

Acabo de postear un artículo que aparece en AICA y, en los pocos minutos que dispongo, quisiera escribir algo personal sobre él.

Lo hago, porque el Hermano Carlos de Jesús es, para mí y mi biografía espiritual, una persona clave.

A los 16 años entré al Seminario. Todavía me admiro del paso dado a esa edad. Éramos cinco seminaristas menores viviendo en una parroquia de Godoy Cruz (Mendoza) bajo la guía de un severo sacerdote esloveno, el P. Juan Tomazic. Lo de «severo» es tanto como para decir algo. el «Padre Juan» merecería otro artículo. Su rostro endurecido resguardaba un corazón de padre que, a poco andar, conquistaba el propio corazón.

Lo cierto es que, en un clima muy fraterno, sencillo e inquieto, el Padre Juan nos hizo leer durante los almuerzos la biografía de Carlos de Foucauld de René Bazin. Confieso que, a mis oídos adolescentes, varios capítulos resultaban infumables y hasta aburridos. Pero, los buenos libros siempre dejan picando la pelota. Y algo quedó allí.

Después vino el contacto con Voillaume y sus obras memorables: «Orar para vivir» y «En el corazón de las masas», que abrevaban en la figura espiritual de Foucauld. Todavía están en mi biblioteca, y a ellos vuelvo cada tanto.

Me estoy extendiendo demasiado. Voy al hueso de lo que quiero decir.

Es esto: vinculadas a Foucauld retengo para mí dos gracias fundacionales de mi camino como creyente y como sacerdote: el aprender a tratar a Jesús como a un Amigo que está ahí, escucha y habla. Y, de la mano de esa experiencia, el progresivo descubrimiento de la oración como encuentro con el Abba de Jesús.

Puede parecer una perogrullada. Para mí no lo es. A lo mejor se podría decir esto con otras palabras, pero a mí me sale así.

Por estas dos cosas (y otras más también) le estoy agradecido al Hermano Carlos. Todavía vivo de esas gracias, a pesar que ya no soy ni adolescente ni tan inocente. Pero volver a esas verdades evangélicas me devuelve al amor primero que sostiene mi camino espiritual.

Beato Carlos de Jesús: ruega por nosotros, seguí compartiendo con nosotros tu amor sencillo por Jesús, su evangelio y los hermanos más abandonados.

Yo también, a pesar de todo, sigo sintiendo la atracción por el último lugar.

Tal vez, algún día…